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GUÍA DEL DESEO 

¿Por qué he perdido el deseo?
Y lo más importante... ¿cómo empezar a recuperarlo?

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Si estás leyendo esta guía es porque en algún momento sentiste que tu deseo sexual ya no es el mismo, que algo cambió, se apagó o simplemente no aparece cuando lo esperás.

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Pero tranquila/o, esto no es tan raro como crees. No estás sola/o.

Muchas mujeres  y hombres (también) me escriben sintiéndose rotos, desconectados de su cuerpo, culpables o frustrados porque ya no desean “como antes”.

Y lo primero que quiero decirte es esto:

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No estás rota. No es tu culpa. No estás sola.

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El deseo NO desaparece, pero sí cambia.


Y cuando lo entendemos, dejamos de exigirnos volver a ser “como antes” y empezamos a descubrir quiénes somos hoy.

¿Por qué puede bajar el deseo?


La falta de deseo NO es un problema en sí mismo, es un síntoma. Es un mensaje de que algo necesita tu atención. Hay que para y escuchar. 

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Estas son algunas de las causas más frecuentes:​

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  • Cansancio crónico, sobrecarga mental y emocional.

  • Problemas de pareja, falta de comunicación o intimidad.

  • Falta de conexión con tu propio cuerpo.

  • Trauma, dolor o incomodidad sexual.

  • Mandatos, tabúes o culpa relacionada con el placer.

  • Rutina, estrés, falta de espacio propio.

  • Maternidad, cambios hormonales, lactancia o parto. 

  • Ansiedad por el rendimiento o por "cumplir".

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Y la mayoría de veces... es una mezcla de todo eso.

Lo que NO ayuda (aunque te lo digan):

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  • “Es solo una etapa, ya volverá”

  • “Hazlo igual, después te va a dar ganas”

  • “Es que ya no amas a tu pareja”

  • “Tienes que esforzarte más”

  • “Cómprate ropa sexy”

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Todas esas frases  te hacen sentir culpa y presión, tapando algo que es más profundo. 

Pero, ¿por dónde empiezo a reconectar con mi deseo?


Aquí te dejo 3 claves iniciales para empezar a cambiar la forma en que vives tu deseo:

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1. Escúchate sin juicio

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Permítete sentir lo que estás sintiendo. No estás obligada a tener ganas todo el tiempo, ni a responder de cierta forma. Tu cuerpo no es una máquina.

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2. Deseo no es siempre espontáneo

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Muchas veces esperamos que el deseo aparezca “de golpe” como al principio de una relación. Pero en relaciones largas, en la maternidad o con el paso del tiempo, el deseo se construye y necesita condiciones para florecer.

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3. Vuelve a ti antes que a la pareja

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¿Dónde quedó tu conexión con tu cuerpo? ¿Qué te gusta hoy? ¿Dónde te das espacio, descanso, placer (no solo sexual)?

El deseo empieza en ti. Vuelve a explorar tu cuerpo, tus ritmos y tus necesidades. Esto puede ser el comienzo del cambio.

¿Y ahora qué?

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Este es un primer paso, una semilla.
Si sientes que te resuena y te gustaría trabajarlo más profundamente, puedes escribirme para tener una primera sesión de asesoramiento online.

Te acompaño a entender qué está pasando con tu deseo y a reconectar contigo misma/o desde un lugar respetuoso, sin presiones y sin culpas.

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O si lo prefieres, inscríbete en el taller del deseo y aprende cómo recuperarlo. 

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Tu deseo NO se perdió.

Está esperando que te vuelvas a mirar con AMOR y curiosidad.

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